
Pues un joven británico logró hacerlo. En su casa instalo un sistema que deja caer croquetas cada que el joven envía una actualización, de esta forma puede alimentarlo desde donde sea que se encuentre, únicamente necesita acceso a Twitter.
Y para estar seguro que el perro se alimenta bien, una cámara le toma una fotografía en tiempo real y la sube a Internet.
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